Los organizadores de la presentación del Carnaval de Cádiz en Madrid tenían una deuda con los aficionados. Eran necesarios algunos cambios de importancia para limpiar la mala imagen que se venía dando en los últimos años: largas colas, problemas de acceso, muchas personas sin invitación que se quedaban fuera… y a todo esto hay que añadirle los lamentables ‘pseudopregones’ que dieron personalidades como Ismael Beiro o José Oneto. Para solucionar todo esto se decidió erradicar la figura del presentador y trasladar de sitio el acto. Unos cambios muy acertados.
Así las cosas, el Teatro Monumental fue el escenario elegido para la presentación del Carnaval 2010. Con el triple de capacidad (1.610 asientos) que su predecesor el Conde Duque, posibilitó que no se duplicara el aforo, como ocurrió el año anterior. Incluso al comienzo del acto había aún butacas vacías. Aunque conforme fue avanzando el evento se fueron ocupando casi todas las localidades.
También el acceso al edificio fue bastante fluido y no se produjeron los horribles apelotonamientos de antaño. Para ello ayudó bastante que las puertas del teatro se abrieran una hora antes (a las 20.00 horas), amenizando la espera de los espectadores con la proyección de un vídeo sobre el Carnaval de Cádiz. Esto unido a que apenas hubo aficionados sin invitación esperando poder entrar, tal vez escarmentados por lo acaecido otros años, sabedores de que sigue siendo misión imposible hacerse con una invitación, o repelidos por la fría noche madrileña, le dio a este acto una imagen mucho más elegante.
El único pero organizativo reseñable fue la ubicación de la prensa, que fue relegada a una de las últimas filas del patio de butacas, muy alejada del escenario y sumergida en la penumbra del espectador, sin apenas luminosidad para tomar las notas oportunas.
Lo que está claro que fue un gran acierto es la supresión de la figura del ‘presentador-pregonero’. Esto hizo mucho más fluido y ameno el acto. En su lugar, intercalados entre las actuaciones de las diferentes agrupaciones, se proyectaron varios vídeos promocionales de la ciudad y de la fiesta gaditana, además de algunas imágenes del documental “Febrero. Cuando la vida es Carnaval”, dirigido por Nacho Sacaluga. También se quiso sumar a este reclamo turístico la alcaldesa de la ciudad gaditana, Teófila Martínez, que dirigió unas palabras a los presentes invitándolos a acudir a Cádiz el próximo Carnaval.
Pero como cada año, los verdaderos protagonistas del acto fueron las agrupaciones. Sus coplas fueron el mejor abrigo para la gélida noche madrileña. Las cuatro ganadoras del COAC 2009, la comparsa 'La mare que me parió', el coro 'Cuando yo me pele', la chirigota 'Salón de belleza El Tijeritas' y el cuarteto 'Los que esperando la sentencia se tragaron la penitencia', le dieron el auténtico tinte festivo a la jornada.
El coro de Julio Pardo, además de interpretar parte de su repertorio de 'Cuando yo me pele', deleitó a los presentes con tangos y cuplés de 2008. Pero como viene haciendo en los últimos años, en los que como el propio autor señala realizan los ensayos generales en la capital de España, también le regaló a los oídos de los aficionados una muestra de lo que será su agrupación para el próximo concurso, que lleva por nombre ‘El batallón de la libertad’ y de la que sólo diremos que mantiene la calidad y la fuerza de siempre.
Por su parte, la comparsa de Antonio Martín hizo vibrar al público con su repertorio de 2009, y donde destacó el pasodoble a Marta del Castillo que este grupo cantó en la final del año pasado y que tocó la fibra sensible del espectador. También interpretaron algunas coplas de la prolífica antología del autor gaditano, tales como las presentaciones de ‘Caleta’ y ‘Voces Negras’, o la rumba “Si tu quieres ser feliz”.
Pero sin duda lo que más entusiasmó al público fue el cuarteto y la chirigota, en particular esta última. 'Los que esperando la sentencia se tragaron la penitencia' arrancaron las carcajadas de los espectadores con su actuación y con sus habituales gags. Mientras que 'Salón de belleza El Tijeritas' fue la agrupación más aplaudida y vitoreada de la noche. Su autor, ‘Kike el remolino’, interconectó muy bien con el público gracias a su arte y desparpajo en escena y sus constantes e improvisadas pamplinas.
En definitiva, esta vez la presentación del Carnaval de Cádiz en Madrid sí brilló con luz propia. Los espectadores disfrutaron y el acto cumplió su cometido, el de promocionar la fiesta gaditana por antonomasia. Habría que preguntarse si esto debe de hacerse siempre en la capital de España o si sería mejor que peregrinase por nuestra geografía. Incluso si el acceso a las entradas debiera ser mucho más factible, ya que los madrileños siguen sin saber donde recoger las invitaciones. En cualquier caso, atrás quedó la paupérrima imagen dada en ediciones anteriores, porque en esta ocasión la presentación del Carnaval volvió a recuperar su esplendor.
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